Ventajas de las dietas cetogénicas
En la actualidad la dieta cetogénica sigue teniendo gran auge en un gran numero de países y es ampliamente usada en la disminución del peso corporal, en el control metabólico de pacientes con síndrome de resistencia a la insulina o diabetes de tipo II e incluso para lograr una reducción en los lípidos sanguíneos en pacientes con elevación de los niveles de triglicéridos. Los especialistas en nutrición también prescriben la dieta cetogénica, bajo control y supervisión del neurólogo, en varias condiciones metabólicas capaces de originar convulsiones cuando el tratamiento farmacológico no logra un adecuado control de las crisis. Los trastornos en los cuales se ha evidenciado la utilidad de la dieta cetogénica incluyen:
- Déficit del transportador de glucosa tipo GLUT-1
- Déficit de piruvato deshidrogenasa
- Espasmos infantiles
- Convulsiones mioclónicas
- Esclerosis tuberosa
- Epilepsia mioclónica astática (Síndrome de Doose)
- Síndrome de Dravet
- Síndrome de Rett
- Síndrome de Lennox Gastaut
- Síndrome de West
Cabe destacar que los efectos beneficios de esta dieta se mantienen incluso luego de suspenderla. A diferencia de lo que se repite una y otra vez por la calle, las dietas ricas en grasas y proteínas en las que se restringen los carbohidratos resultan más beneficiosas para nuestro organismo que aquellas que reducen o eliminan las grasas. De hecho, uno de los beneficios más importantes y ampliamente demostrados es un menor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, como se ratificó en el ano 2008 en los Archivos Latinoamericanos de Nutrición (ALAN) por Perez Guisado en su estudio. La enfermedad cardiovascular ha sido, y sigue siendo la primera causa de mortalidad a nivel mundial. Esto ha motivado, en las últimas décadas, la realización de un gran numero de estudios que buscan identificar los posibles factores relacionados con este fenómeno. Uno de los estudios más importantes fue el llamado Estudio Framingham llevado a cabo en Massachussetts, Estados Unidos, en donde por tres décadas se monitoreó a los participantes para evaluar si existía o no relación entre los hábitos en el estilo de vida y el desarrollo de enfermedad cardiovascular. Este estudio demostró que algunos de los hábitos relacionados con el aumento en el riesgo de mortalidad son la edad, la presión arterial, el colesterol y la diabetes.