Salsa bechamel
Ingredientes:
- 125 g de harina
- 125 g de mantequilla
- 1 litro de leche
- Nuez moscada
- Sal
- Pimienta
Preparación:
Tamizamos la harina con un colador. Este paso es muy importante para que luego no se produzcan grumos. Ponemos en un cazo a calentar a fuego medio el litro de leche durante 4‐5 minutos sin que llegue a hervir. Este paso es para luego acelerar el proceso de preparación de la salsa. En otro cazo introducimos la mantequilla y la calentamos a fuego bajo hasta que se derrita, tiene que tornar a un color avellana y sacará un poco de espuma que podemos quitar si queremos. Luego añadimos la harina tamizada (Roux, es el nombre que tiene este paso o mezcla de harina y mantequilla, que nos ayudará a ligar la bechamel, no sólo se utiliza en esta salsa sino en muchas otras) y dejamos que se mezcle hasta que formen pequeñas masas de tono dorado. Esto es muy importante porque si la harina queda cruda la bechamel sabrá mucho a harina y no es lo que queremos. En el paso anterior he utilizado mantequilla, pero si queremos podemos utilizar a medidas iguales mantequilla y aceite de oliva. El aceite le dá un toque especial. Podéis probar a ver si os gusta. Removemos muy bien con una cuchara de madera la harina con la mantequilla hasta quede como una bola. Echamos la leche caliente en el cazo con la harina y la mantequilla. Añadimos sal, pimienta al gusto y un poco de nuez moscada molida. Removemos de manera continua con una varilla (5‐6 minutos). Vamos controlando la temperatura, en este paso lo mejor es dejarlo al mínimo. Quedará un mezcla homogénea y lo más importante sin grumos. Si no tenéis controlada esta salsa y os quedan grumos, podeis arreglarla con un toque de batidora. Así os quedará perfecta. Un pequeño truco para aquellos que nos os guste mucho es sabor lacteo es añadirle un poco de tomate frito en el paso 6 con el resto de ingredientes o incluso con unos pimientos del piquillo y batir al final. Es una manera original de hacer alguna receta de pasta o incluso croquetas. Imaginación al poder. Son muy importantes las proporciones dependiendo de lo que vayáis a preparar, no es lo mismo una crema que una salsa, las medidas son menores dependiendo del cuerpo que quieras darle a la bechamel. Por ejemplo, en unas croquetas por cada litro de leche, 3‐4 cucharadas de harina y 3 de mantequilla. En unos canelones, por cada litro de leche, 2 de harina y 2 de mantequilla. Siempre podemos corregir con un poco más de harina que es el ingrediente que hace de espesante para preparar una bechamel más espesa o todo lo contrario, añadir leche para hacerla más suave o líquida. Y ya véis no es tan díficil. La mejor de las salsas y base de unas buenas croquetas, unos canelones, lasaña.