El colesterol podría definirse como el lubrificante natural del organismo, pues está presente en todos los vasos sanguíneos y órganos, pero además interviene en muchas funciones del cuerpo como la formación de hormonas y la sintetización de vitaminas. Cuando la producción de colesterol es excesiva se forman depósitos que pueden obstruir las venas y arterias produciendo accidentes cardiovasculares y saturar los órganos dificultando su función, el hígado es normalmente uno de los más afectados por la acumulación excesiva de esta sustancia que en ocasiones produce cálculos biliares. El organismo produce su propio colesterol que es sintetizado en el intestino, glándulas suprarrenales, los testículos, ovarios y el hígado, siendo este último el más importante de todos en la producción total del colesterol humano. En función de la lipoproteína asociada el transporte de grasas, el colesterol puede ser de alta o de baja intensidad afectando de diferente manera cuando se produce y se puede detectar fácilmente con un análisis rutinario. El colesterol de baja densidad LDL es transportado por la lipoproteína LDL de hígado al torrente sanguíneo y por ello también es conocido como colesterol malo, porque su excesiva acumulación se adhiere a las paredes de los vasos sanguíneos formando placas que obstruyen su fluido y funcionamiento. El colesterol de alta densidad HDL es el que se transporta desde la sangre al hígado y se conoce también como el colesterol bueno porque retira los depósitos de LDL acumulados en las venas y arterias restableciendo el normal funcionamiento de las mismas. En un examen sanguíneo los valores de colesterol situados por encima de los 200 mg/dl se considera un factor de riesgo en la predisposición a la enfermedad cardiaca y se le atribuye un alto riesgo cuando está por encima de 250. Estos valores no son paramétricos en todas las personas pues la edad, el sexo e historial clínico sobre patologías coronarias del paciente determinaran con más exactitud cuáles son los marcadores idóneos para preservar la salud cardiovascular y evitar complicaciones.
Es la principal causa del colesterol alto en la mayoría de personas de todas las edades, pues los alimentos procesados son ricos en grasas saturadas que elevan los niveles de colesterol malo en sangre y favorecen la acumulación excesiva de triglicéridos. Sanar los hábitos alimenticios es normalmente suficiente cuando no existe patología relacionada con afecciones coronarias y los valores se normalizan de uno a tres meses.
El colesterol tiende a subir a medida que envejecemos y aunque la relación con la bajada en la producción de hormonas sexuales no se ha determinado al 100% parecen estar estrechamente vinculadas, por lo que a medidas que se ven cumpliendo anos se deben cuidar más los hábitos alimenticios para paliar los síntomas del desgaste asociado con el envejecimiento.
Se postula como otra causa que favorece la acumulación excesiva de colesterol, pues la inactividad estanca el flujo sanguíneo dificultando el transporte normal de esta sustancia por las lipoproteínas y esta seria una posible explicación de porque los deportistas de élite presentan valores de colesterol HDL muy por encima de la media, mientras que el LDL es significativamente inferior a la población estándar.
Especialmente los combinados con estrógeno y progesterona sintética elevan los niveles de colesterol en muchas consumidoras, una situación que se revierte fácilmente cambiando el preparado o suprimiendo la administración del compuesto hormonal.
También ha sido señalada como responsable del exceso de colesterol en algunos casos cuyo historial presenta patrones repetitivos de hipercolesterolemia familiar que puede estar asociada a uno o dos genes defectuosos en función de si se heredan de la madre, padre o de ambos, lo que determina su gravedad y tratamiento. La hipercolesterolemia familiar está asociada con un sólo gen defectuoso y quienes la padecen presentan el doble de los valores normales y deben estar sujetos a revisiones periódicas y estudiar el historial clínico de la familia para evitar complicaciones cardiovasculares en el futuro. La hipercolesterolemia familiar asociada a los dos genes defectuosos (del padre y de la madre) se denomina hipercolesterolemia homocigota y aunque representa un pequeño porcentaje de todos los pacientes afectados con hipercolesterolemia , es una patología grave que requiere tratamiento y revisiones de por vida pudiendo presentar valores cuatro o cinco veces superiores a la media, lo que condiciona al paciente a sufrir un accidente cardiovascular e infarto de miocardio en edades tempranas.
Existen remedios caseros para el colesterol y de esta forma mantenerlo estable y llevar una vida saludable. Seguido te citamos algunos de los más usados y conocidos.
Las propiedades del ajo son innumerables y es que tiene componentes que eliminan el colesterol malo, esto hace que se pueda estabilizar de manera natural. Tan sólo es necesario comer un diente de ajo diariamente en ayunas y después de un lapso de 10 minutos podremos continuar con nuestro desayuno habitual. El ajo debe estar descarapelado y se recomienda agregarle un poco de sal para que no sea tan fuerte su sabor.
El té puede ser ideal para controlar el colesterol, muchas personas recurren a este tipo de infusiones. La cola de caballo, es una de las hierbas que ayudan a diversas enfermedades y también nos permite tener un colesterol estable. Tan sólo tomando 300 mililitros de esta fusión antes de dormir, no reducirá el colesterol desde la primera semana.
Seguramente muchas veces has escuchado de las propiedades del vino y es que este es ideal para mantener controlado el colesterol. Se recomienda tomar una copa de vino a la hora de la comida 4 veces por semana, de esta forma, nuestro colesterol empezará a reducirse.
Según algunos estudios la fibra de la avena ayuda a bajar el nivel del colesterol al mezclarse con él en el intestino delgado y haciendo que se absorba menos en la sangre. Mezcla 3 o 4 cucharadas de avena en un litro de agua, déjalo reposar durante la noche, y el día siguiente puedes bebértelo durante el transcurso del día.
Ya son muchos estudios que indican que los ácidos grasos Omega 3 son muy beneficiosos para disolver el colesterol. Haz una dieta rica en estos ácidos grasos (2 o 3 porciones por semana) los cuales se pueden encontrar en altas proporciones en el pescado azul.
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