Vertemos la harina y la sal en una copa amplio. Aparte, disolvemos la levadura y el azúcar en un vaso con agua tibia.
Añadimos esta solución de levadura sobre la harina y mezclamos con una cuchara de madera o con las manos empapadas en aceite. Si vemos que hace falta, podemos echar más agua tibia. Mezclamos hasta que se quede hecha una masa que casi no se pegue. Cubrimos la copa con papel transparente o con un paño de cocina y dejamos reposar la masa aproximadamente 1 hora para que doble su tamaño. Vamos precalentando el horno a unos 200ºC. Dividimos la masa en dos, para preparar dos panes de tamaño medio. Nos untamos las manos con aceite y también vertemos un poco sobre la mesa trabajo. Extendemos la masa y le damos un tamaño un poco mayor que un folio. El grosor tampoco debe ser demasiado fino. Rellenamos el pan con el jamón, el queso y el lomo. Espolvoreamos las aceitunas en rodajas. Dejaremos los bordes de la masa libres. Enrollamos la masa para formar una especie de chapata de pan, siempre metiendo los bordes hacia dentro para que el relleno no se nos salga durante el horneado. Ahora, pinchamos superficialmente el pan para que permita la salida del vapor. Eso sí, uno de los orificios debe atravesar el pan por completo. Ponemos los panes sobre una bandeja de horno forrada con papel antiadherente y lo cocinamos hasta que estén doraditos. Cuando estén los panes listos, los sacamos del horno y dejamos que se enfríen sobre unas rejillas.