Galletas sablés de leopardo
Es sorprendente lo que podemos crear con masa de galleta en tres colores y un poco de ingenio. Estas galletas tan divertidas, aunque parecen muy complicadas, no lo son tanto. Eso sí, hay que respetar las cantidades y las medidas que indicamos. Para hacer estas galletas encontrarás todos los utensilios necesarios para que salgan perfectas en la tienda, desde las rasquetas para formar las distintas masas al papel de hornear y las bandejas de galletas para el horno.
Ingredientes:
- 125 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 125 g de azúcar blanquilla
- Un huevo a temperatura ambiente
- 20 g de almendra molida en casa o harina de almendra
- 250 g de harina de repostería
- Una cucharada rasa + una cucharada de cacao en polvo
Preparación:
Batimos un poco la mantequilla con varillas o en un robot para que se ablande. Agregamos el azúcar y el huevo, y batimos para homogeneizar, rebañando las paredes del bol con una espátula. Añadimos la almendra molida y la harina de repostería pasada por un tamiz. Mezclamos hasta obtener una bola homogénea que apenas debe pegarse a los dedos. Pesamos la bola en la báscula y separamos 260 g. Envolvemos esta porción en plástico y reservamos. Dividimos la masa restante en dos partes iguales. A la primera porción le agregamos una cucharadita no muy colmada de cacao en polvo para hacer la masa color marrón clarito y homogeneizamos. Envolvemos en plástico y reservamos. A la porción restante de masa le añadimos una cucharada de cacao en polvo para hacer la masa marrón oscuro y homogeneizamos igualmente. Dividimos la masa marrón claro en seis porciones de igual peso. Hacemos lo mismo con la masa marrón oscuro. Estiramos las bolitas de masa marrón claro en seis rollitos de unos 22 cm. Reservamos. Estiramos cada porción de la masa marrón oscuro sobre un pedazo de plástico de cocina, hasta una longitud también de 22 cm y un ancho de unos 5-6 cm, lo que sea necesario para envolver los rollitos de masa marrón claro sin apenas solaparse. Podemos usar un rodillo mini para amasar. Vamos estirando la masa oscura y envolviendo con ella los rollitos de masa clara, apretando y rodándolos con cuidado para que ambas masas se peguen; nos ayudaremos con el plástico, como si hiciéramos rollitos de sushi. Los reservamos tapados porque tienden a resecarse. Extendemos la masa sin cacao para formar un rectángulo de unos 22 cm de ancho y un grosor de 2 mm. La cortamos a lo ancho en seis porciones con una rasqueta para envolver a los seis cilindros de masa bicolor que hemos formado antes. Vamos colocando los cilindros de masa de cacao encima de la masa blanca y envolviéndolos con ella, hasta tenerlos todos listos. Los colocamos unos encima de otros, de forma que quede uno en el centro y los otros cinco alrededor. Aplastamos suavemente con la mano a todo lo largo para que los cilindros se peguen entre sí y rodamos el conjunto para que quede todo pegado y redondeado por fuera. Si vemos que los rollitos no se pegan del todo por los extremos, los podemos mojar un poco con agua. Envolvemos el rulo con plástico de cocina y lo colocamos sobre dos medios tubos de cartón como los del papel de cocina para mantener el rulo redondeado por debajo. Metemos el rulo en la nevera por lo menos tres horas para que la masa se ponga bien firme. Cortamos la masa en rodajas de 4-5 mm con un cuchillo afilado y las colocamos en una bandeja de horno forrada de papel de hornear. Cocemos las galletas 12-13 minutos a 180°C, con calor arriba y abajo. Las sacamos a enfriar sobre una rejilla.